Hace unos años la domótica estaba al alcance de unos pocos. Casas de urbanizaciones exclusivas, chalets o pisos de lujo parecían ser los únicos que disfrutaban de sus ventajas. Ahora esa tendencia está cambiando. La razón es que los sistemas tecnológicos son cada vez más asequibles para todos los bolsillos y también más accesibles.
Los smart phones han acercado al usuario a la tecnología y también a la domótica. El centro de gestión ya no es un aparato extraño, que no acabamos de entender bien. Ahora es el propio móvil, a través de una app con una interfaz intuitiva y fácil de utilizar.
Con estas premisas, no es atrevido pensar que los hogares serán cada vez más inteligentes y que sus objetos estarán conectados. Ya no hablamos sólo del ordenador, del móvil, de la tablet o de la videoconsola, también de los electrodomésticos –lavadora, frigorífico, hornos, campanas, lavavajillas-; de la climatización; la iluminación; las alarmas; la seguridad… ¡Todo estará conectado!
Otra de las diferencias positivas que favorece la proliferación de los hogares inteligentes en comparación con otras décadas es la tecnología inalámbrica. El engorroso cableado por las habitaciones de la casa frenaba a muchos usuarios, que acababan desechando la idea al pensar en una instalación incómoda y costosa. Esto, en cambio, ha quedado superado por la domótica inalámbrica.
Es verdad que en las viviendas de obra nueva, los arquitectos tienen en cuenta ya esta nueva necesidad de los usuarios y hacen una preinstalación para facilitar la instalación de un sistema domótico a los futuros propietarios o inquilinos. Algo que es de agradecer. Y que no en vano debemos preguntar al constructor antes de comprar la vivienda, sobre todo si estamos interesados en este mundo de las tecnologías.
Suele ser una cuestión que no pensamos en ese momento de la compra, pero que nos puede interesar dentro de unos años. La vivienda es quizá la compra más a largo plazo que hacemos y en ella vamos a vivir muchos años.
Controla tu hogar sin cables
La domótica inalámbrica, además, nos permite ampliar nuestra red de forma gradual. Podemos ir incorporando dispositivos y sensores a nuestro hogar, en función de las necesidades o apetencias que tengamos. Aunque ya aviso que en cuanto empiezas, es difícil ponerle el freno. Hasta que no tengas todo tu hogar automatizado, no pararás. Además, son sistemas portátiles. Si cambias de casa, te los puedes llevar a la nueva sin problema.
¿De qué está compuesto un sistema domótico?
- Una centralita domótica: este aparato une todos los dispositivos y sensores, coordinándolos en una sola red. Hace que todos trabajen de forma conjunta y entiendan las órdenes. La centralita ordena una acción y los dispositivos las ejecutan. Para ello todos los dispositivos deben trabajar con el mismo protocolo.
- Dispositivos: están distribuidos por la estancia y como hemos comentado en otros posts son de distinto tipo. Son los que nos informan de la temperatura que hay en una vivienda; de la cantidad de luz; de la presencia de un intruso…
- Sensores: de movimiento, de luz, de temperatura….
- Interruptores para controlar persianas, luces…
- Enchufes para el control de encendido y consumo energético.
Y lo mejor es su precio, entre 200 y 400 euros podemos tener una centralita domótica para empezar a dar inteligencia a nuestro hogar.
ES UNA TECNOLOGÍA MUY AVANZADA Q SERA PARA EL FUTURO UN AVANCE BASTANTE BUENA